Roma, 41-43 d.C.
Los líderes de la Guardia Pretoriana y Herodes (James Faulkner) convencen a Claudio de que debería asumir la corona imperial, ya que la alternativa significaría la muerte de su familia y la guerra civil.
Claudio, a su vez, convence al Senado para que lo proclame Emperador. En su primer acto, condena a Casio (Sam Dastor) por el asesinato de Cesonia, pero perdona a los demás conspiradores. Livia finalmente es declarada un ser divino, gracias a Claudio.
Después de tener hijos con Claudio, Mesalina lo convence de compartir las cargas del poder con ella. Como Herodes pronto partirá para tomar el control de las tierras en Oriente que Claudio le ha concedido, Mesalina sugiere que se contrate a Apio Silanus (Lyndon Brook), un senador, para ayudar a su marido. Posteriormente se casan a su madre Domicia Moria Redmond) con Silanus.
Antes de que Herodes se vaya, advierte a Claudio que, como emperador no debe confiar en nadie, ni en sus consejeros, ni en su esposa, ni siquiera en el propio Herodes.
Mesalina intenta seducir a Silanus y le dice que Claudio lo aprueba, ya que es tan corrupto como los emperadores que lo precedieron. Luego, Silanus intenta matar a Claudio con la esperanza de poner fin a la línea de gobernantes depravados. Mesalina, con la ayuda de su madre, convence a Claudio de su propia inocencia y Silanus es ejecutado.
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